18 agosto, 2006

 

Curiosidad de los sellos de correos

¿Alguien se ha preguntado alguna vez porque nunca se ha creado un sello con la imagen de un abogado?


Es muy sencillo.

Se produciría un problema enorme ya que la gente no sabría en que lado del sello escupir


-Que no se molesten los abogados que es un broma vale?

 

Que buena gente es Juan

Dos parejas están jugando a las cartas. De repente, a Juan se le caen unas cartas al suelo. Cuando se agacha para levantarlas, nota que la mujer de Pablo no lleva ropa interior. Medio incómodo, Juan se golpea cabeza con la mesa y se levanta con cierto rubor en el rostro. Más tarde, Juan va a la cocina a buscar una cerveza y la mujer de Pablo le sigue. Y ésta le pregunta:

-¿Viste algo interesante debajo de la mesa? Juan admite que sí, y ella continúa: -¡Pues eso puede ser tuyo, por sólo 500 euros!

Juan piensa un minuto, y dice que está interesado. Quedan en encontrarse el viernes siguiente a las 14,00, cuando Pablo estuviera en la oficina. El viernes, Juan va a la casa de Pablo y, después de una sesión de sexo como hacía mucho tiempo no tenía, le paga a la mujer los 500 euros acordados.

Por la noche llega Pablo y le pregunta a su mujer: -¿Juan estuvo aquí hoy por la tarde? La mujer, a regañadientes y un tanto sorprendida, responde que sí. -¿Y él te dio 500 euros? (Dios mío, él lo sabe), piensa ella. Y finalmente dice: -Sí, me los dio.

-¡Ah, que bueno! -responde Pablo-, él pasó por mi oficina esta mañana y me pidió 500 euros prestados. Me dijo que me los devolvería esta tarde al pasar por la casa, que te los dejaría a ti si yo no estaba.


-¡Qué buena gente es mi amigo Juan!

 

La Cortadora de Salchicas

Pedro trabajaba en una fábrica de embutidos en la sección de cortar y empacar las salchichas.

Un día llega a casa y le confiesa a la esposa que hay días en que le dan ganas de meter su pene en la 'cortadora de salchichas'.

La esposa lo aconseja que visite a un Psicólogo para que lo ayude a controlar esta reacción compulsiva, Pedro desde luego que no le hizo caso.

Pasadas algunas semanas, un día Pedro llega a casa muy disgustado.

La esposa preocupada le pregunta: -¿Qué ha pasado? Pedro hizo caso de los deseos compulsivos que tenía últimamente: -Lo siento mi amor, pero hoy no me pude controlar y metí mi pene en la 'cortadora de salchichas' y... me despidieron del trabajo. La esposa aturdida, imaginándose una escena escalofriante le pregunta: -¿Y que paso con la 'cortadora de salchichas'?

-A ella también la despidieron.

 

Juanillo

Desde que era un niño tenia la ilusión y porque no decirlo, la esperanza de que un día escribiría un libro, solamente uno, nada de dedicarme a las letras, escribir un libro y se acabó.

Con el paso y el peso del tiempo, esa ilusión esa esperanza va pasando, de vez en cuando me acuerdo de mis sueños de juventud y lo veo en una cuesta larga y empinada.

El caso es que esa ilusión se hace cada vez mas distante porque el libro que quería escribir tiene nombre y argumento, trataría sobre las aventuras y desventuras de un chaval de pueblo al cual me he imaginado siempre con sus pantalones cortos, su jersey gris oscuro con coderas, su pelo casi rapado con un flequillo tieso sobre la frente, su cara redonda, sus piernas mostrando la delgadez que da el desmesurado gasto de energía que se tiene a la edad de 10 ó 12 años.

El titulo, ya lo habrás adivinado, Juanillo, Juanillo vive en su pueblecito de paredes blancas como el nacar y siempre, siempre me lo imagino sentado en el rebate de su puerta, al fonfo un cielo plomizo amenazando con llenar de ilusiones a unos y de desilusiones a otros, la calle vacia, nadie en ella solo él y no se escucha ni un pájaro, ni una voz, nada, silencio, ese duro y desconcertante sonido del silencio es lo único que se puede oir y él, que hace Juanillo, nada, simplemente mira a la lejania del cielo y de vez en cuando vuelve su rapada cabeza hacia mi y me mira sonriendo.

De pronto se mete en casa y me deja solo mirando a la inmensidad del cielo, pero por por poco tiempo ya que sale de nuevo al rebate y se sienta, ahora trae un trozo de pan y una onza de chocolate, duro como la piedra, que tiene que raspar con sus paletas delanteras y chupar para que se ablande y de esa forma poder comerlo.

Cada vez se me hace mas dificil que mi protagonista siga conmigo y me pasee por su realidad, quizas sea porque cada día me alejo mas de esa realidad del protagonista para meterme en otra mucho mas dura.

Continuara....

O eso espero, y deseo

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