25 mayo, 2007
Jesús dijo a Simón Pedro...
"Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?".
El le respondió:
"Sí, Señor, tú sabes que te quiero".
Jesús le dijo:
"Apacienta mis corderos".
Le volvió a decir por segunda vez:
"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?".
El le respondió:
"Sí, Señor, sabes que te quiero".
Jesús le dijo:
"Apacienta mis ovejas".
Le preguntó por tercera vez:
"Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?".
Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo:
"Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero".
Jesús le dijo:
"Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras".
De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios.
Y después de hablar así, le dijo:
"Sígueme".
En el bar
Un señor de mediana edad lleva una hora sentado en un bar mirando la copa sin beberla, cuando llega un camionero alto y gordo y se bebe la copa de un solo trago.
El pobre hombre se echa a llorar, y el camionero le dice:
¡Vamos, buen hombre, era solo una broma, ahorita le pido otra copa!
El señor le contesta:
No, no es eso, es que hoy ha sido el peor día de mi vida.
Primero, llego tarde al trabajo y me despiden.
Luego, al llegar donde había dejado mi coche, veo que me lo habían robado.
Camino a mi casa y veo a mí mujer con otro hombre, y me vengo para acá, y cuando por fin iba a terminar con todo esto,…
llega usted y se toma mi veneno.
Winston Churchill dijo...
Quien habla mal de mí a mis espaldas mi culo contempla.
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