18 septiembre, 2007

 

Al verla, el Señor se conmovió y le dijo:

"No llores".

Después se acercó y tocó el féretro.

Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo:

"Joven, yo te lo ordeno, levántate".

El muerto se incorporó y empezó a hablar.

Y Jesús se lo entregó a su madre.

Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo:

"Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo".

El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.


 

Ronquidos

Paciente: Doctor, en cuanto me duermo, empiezo a roncar.
Médico: ¿Son fuertes sus ronquidos?
Paciente: ¡Sí!, Mucho.
Médico: ¿Y le molestan a su esposa?
Paciente: No estoy casado.
Médico: ¿Así que duerme sólo? Entonces no creo que eso sea un problema.
Paciente: ¿Qué no es un problema? ¡Me han despedido de cinco empleos a causa de ello!


 

Ovidio, dijo...

Mucho amor germina en la casualidad; tened siempre dispuesto el anzuelo, y en el sitio que menos lo esperáis encontraréis pesca.

 


 

Jean Paul Sartre, dijo...

Desconfío de la incomunicabilidad; es la fuente de toda violencia

 


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