15 enero, 2007

 

Matrimonios

-¿Hola, mi reina? ¿Cómo estás, mi amor? ¿Bien?
-Sí ¡muy bien!...
-¿Los niños están bien?
-No te preocupes amor, están de lo mejor...
-Perfecto. ¿Almorzaron?
-Sí, almorzaron muy bien.
-¿Si? !Muy bien! Dime, preciosa ¿qué cocinaste para la cena?
-Lomo a la pimienta...
-¡Mi plato preferido!... ¡Te adoro divina! siempre complaciéndome... Y dime... ¿todo tranquilo en casa?
-Todo bien, te espero con la comidita caliente y luego el postre que tanto te gusta (en tono malicioso)...
-No me digas esas cosas, nena, que me dan ganas de volar hacia allá ahora mismo...
¿Me prometes que esta noche te pones ese baby doll que tanto me gusta?
-Como mandes, dulzura, sabes que soy tu esclava...
-¿Sí? Gracias cosita, por eso te quiero tanto...
Bueno amorcito, ahora pásame a mi señora un momento, ¿si?
-Patronaaa!!!! la llama su marido!!!

 

Fray Antonio de Guevara dijo...

El aconsejar es un oficio tan común que lo usan muchos y lo saben hacer muy pocos.


 

Montesquieu dijo...

Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa.


This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]