18 septiembre, 2007

 

Al verla, el Señor se conmovió y le dijo:

"No llores".

Después se acercó y tocó el féretro.

Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo:

"Joven, yo te lo ordeno, levántate".

El muerto se incorporó y empezó a hablar.

Y Jesús se lo entregó a su madre.

Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo:

"Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo".

El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.


Comentarios: Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]





<< Inicio

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]