31 mayo, 2007
María dijo entonces
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava, desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mi, su Nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación, El hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos, enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacios, auxilia a Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y de su descendencia por siempre.
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